Corporación indaga patrimonio calerano de los hornos de cal
Un grupo de profesionales y apasionados por rescatar los vestigios patrimoniales de la comuna, enfocan sus investigaciones para poner en relieve la importancia de estos hornos con los que se inició la elaboración de cemento.
Claudio Morales Salinas - La Estrella Quillota - Petorca
Desde agosto del año pasado que se constituyó formalmente la Corporación Patrimonial La Calera, que reúne a un grupo de personalidades con variados ámbitos de conocimiento, y que tiene como finalidad rescatar el patrimonio de la ciudad. Y hoy por hoy parte importante de sus esfuerzos los han dedicado a investigar el sector del cerro llamado "La Melonita" donde todavía están los denominados hornos verticales, centenarias construcciones que ya están en desuso, pero que contribuyeron a la incipiente producción de cemento hace dos siglos.
Entre todos los miembros de esta Corporación, entre los que hay abogados, arquitectos, geólogos, artistas plásticos, empresarios, periodistas y hasta un exalcalde; Sergio Miranda tiene el cargo de presidente: "es que el trabajo remoto que puedo hacer en mi pega, me permite tener más tiempo", sostiene. Una de las actividades que realizaron fue una reunión-conversatorio en el mismo lugar de los hornos, "a la cual llegó mucha gente, la mayoría ex trabajadores de la fábrica Cemento Melón con 25 años promedio de vida laboral en esa empresa. También congregamos a concejales e historiadores. A ellos les mostramos los antecedentes que hemos reunido, como cuando la Corona española en el siglo XV expulsa a los jesuitas que estaban asentados en los fértiles valles de La Hacienda La Calera, y que habían explotado una mina de pólvora en Artificio, para después dedicarse a extraer la piedra caliza del cerro a tajo abierto", detalla Miranda, aludiendo a esa materia prima que sirvió para elaborar el cemento, y que en décadas más recientes la traían en un tren (El Calero) desde la mina El Navío en El Melón.
Para este labor de rescatar la memoria de estos hornos y del cerro en se ubican, es importante el trabajo de la arquitecta Sandra Aliaga, experta en restauración patrimonial, "quien vino y quedó impresionada con estas estructuras de los hornos, y se llevó algunas muestras de material para analizarlas, ya que ella se dedica a restaurar edificaciones antiguas y utiliza justamente cal, como lo está haciendo ahora en Codegua, por ejemplo", explica Sergio Miranda. La profesional aludida destacó que estos hornos "forman parte de un complejo industrial-minero con un tremendo potencial patrimonial, cultural e histórico. Es un patrimonio en olvido, pero que no puede ser olvidado, de ahí el valor de lo que realiza la Corporación de rescatar este patrimonio único, singular y muy representativo de La Calera".
Caliza e historia
El trabajo que está haciendo la Corporación Patrimonial La Calera está despertando interés en la ciudad, ya que la difusión por redes sociales ha sido un punto que no han descuidado. El presidente de esta agrupación indica que "antes de estas actividades teníamos 700 seguidores en nuestro facebook, y después ya superamos los tres mil. Es que agregamos en el sitio algunas entrevistas que realizamos a algunos de los trabajadores que asistieron, incluido uno de 87 años que alcanzó ver los hornos funcionando, aunque ya como un complemento solamente de lo que operaba en Cemento Melón".
Ya en la década del 60 y 70 del siglo pasado, los hornos de cal del cerro eran como una planta de agregado, "que en términos mineros, significa que era una caliza de baja ley, y se utilizaba solo para complementar la que traían desde El Navío, que en esa época ya representaba como el 90 por ciento de la materia prima para elaborar el cemento. Yo de joven, cuando estudiaba, alcancé a trabajar en eso en las vacaciones. Después descubrieron que había otro componente para hacer cemento, la puzolana en Pudahuel (Santiago), y ahí toda la faena de los hornos quedó botada", rememora el presidente de la Corporación Patrimonial.
Y para recabar y comprobar todos estos antecedentes, también han sido requeridos los testimonios de los residentes del sector. "Por ejemplo, de un vecino que lleva 70 años viviendo en el lugar, y que trabajó 47 años en Cemento Melón. Donde está su casa hay un edificio antiguo al lado, ahí funcionaba una compresora con dos pistones gigantes, que estaba todo el día tirando aire y generando un ruido que no era muy agradable para los que estaban alrededor. Cada vez descubrimos algo nuevo, nuevas aristas", dice Sergio Miranda.
Una de esas aristas es un estudio que involucra a la flora nativa del área , para ello Daniela Aspé, integrante de la Corporación se encuentra identificando cada especie.