Acompañado de orquesta, Ricky Martin entregó espectaculares shows
60 músicos brindaron una calidad de sonido instrumental puro. Él se lució cantando y bailando. Usó 4 tenidas.
Camila Rojas Vargas - La Estrella de Valparaíso
Los dos shows de Ricky Martin de este fin de semana en la Quinta Vergara estuvieron impecables. La calidad del sonido fue perfecta gracias al trabajo del equipo técnico y de la orquesta sinfónica que entregó un increíble espectáculo sonoro de acordes puros y limpios.
Al ritmo de las trompetas, el bongó, el arpa, la batería, la flauta traversa y la guitarra acústica amplificada, por nombrar algunos de los instrumentos, los 60 músicos -que son parte de la orquesta sinfónica nacional dirigida por el maestro César Baeza- replicaron a la perfección el repertorio de estudio del puertorriqueño, que para la ocasión fue una selección de 20 títulos, entre ellos los lentos "Disparo al corazón", "Te extraño", "Tal vez" y "Tu recuerdo" y los clásicos bailables "Pégate", "Livin' la vida loca" y la canción mundialera del año 1998, "The cup of life".
Cuando fue anunciado, podía parecer que el show "Ricky Martin Sinfónico" presentaría una adaptación con arreglos más inclinados hacia la música clásica y con tempos más lentos, pero las canciones sonaron exactamente igual, con la misma potencia e ímpetu.
SE CAMBIÓ cuatro VECES
A las 21:30, media hora más tarde de lo presupuestado y todavía con personas haciendo ingreso a la Quinta Vergara, comenzó el espectáculo del sábado. La voz de Enrique Martín Morales también estuvo impecable; como este espectáculo no llevaba bailarines a la tarima, la atención del público siempre estuvo en él, en cómo gesticulaba cada frase de las canciones y cómo hacía los pasos de baile que en un momento se tomaron un segmento donde danzó por minutos algunos movimientos parecidos al flamenco.
Ricky lució cuatro tenidas a lo largo del show. Primero apareció con un conjunto de dos piezas bien holgado que parecía ser de satín color negro, el que acompañó con collares plateados y zapatillas de color blanco. Luego se cambió a una camisa blanca también holgada, manteniendo el pantalón negro. Su tercer outfit fue otro conjunto negro, esta vez lleno de brillos en puntos; y para el último fragmento del espectáculo volvió a vestir un conjunto negro más sobrio.
En el escenario agradeció a David Cabrera, su productor musical por años, y al director de la orquesta chilena por su trabajo.
La primera en la fila
La primera persona en llegar a la fila el día sábado (primer show) fue la porteña Claudia Blanco, oriunda del cerro Mariposa. Trabaja de cajera en un supermercado y, aprovechando que tenía libre ese día, a las siete de la mañana ya estaba afuera de la Quinta junto a su marido. Fueron horas y horas de espera, hasta las seis de la tarde, pero cumplió el objetivo de ver el show desde la primera fila de la galería (única locación que no fue enumerada). "Era venir yo sola más adelante o veníamos los dos un poquito más atrás, pero preferí eso porque él es mi apañe máximo", comentó sobre su marido, con quien lleva 28 años de convivencia y tiene dos hijos.
Cuando se conocieron le dijo bien clarito que "el amor de mi vida era Ricky Martin", contó Claudia. Los dos bailaron bien acaramelados la canción "Tiburones" porque "tenemos una relación ya más de experiencia y ese tema nos identifica un poco. De repente la lloriqueamos en la casa", compartió la porteña, que sigue al cantante desde que tenía 12 años.
El sinfónico fue el primer concierto de su ídolo que pudo ver en vivo y quedó maravillada. "Fue lo esperado, lo pasé muy bien. Es una experiencia que viviría de nuevo si Dios y el bolsillo me lo permite, estábamos muy contentos de escucharlo en vivo", dijo.
Frente al escenario
Al otro extremo de la Quinta, en primera fila frente al escenario, estaba Macarena Gómez, la presidenta del fans club oficial, oriunda del cerro Placeres, que llegó a quedarse afónica de tanto cantar ambas jornadas.
"Fue por lejos el mejor espectáculo que he visto de Ricky y eso que yo tengo hartos pero hartos en el cuerpo. Él estuvo exquisitamente bello, el show fue fino", indicó la líder del grupo de fanáticas que se llama "Eres como el aire".
Vendedores
Los vendedores ambulantes llegaron a eso de las diez de la mañana los dos días. Andrés Córdova fue uno de ellos, él viajó ida y vuelta ambas jornadas desde su casa ubicada en la comuna de Pedro Aguirre Cerda en la capital. Junto a otras tres familias se dedica al negocio hace más de 12 años.
"Esto nos da de comer a todos. Concierto que hay en Chile, nosotros vamos con cintillos, gorros, coronas, de todo. Nunca pierdo mercadería porque si sobra algo lo vendo a precio costo en Lo Valledor", relató.
13 mil personas cada día llenaron la Quinta Vergara en Viña.