Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Deportes
  • Tiempo Libre
  • Estrellas
[Nicolas Cage:]

"Drácula es un monstruo, pero tiene sentimientos"

El popular actor se viste de chupasangre moderno en filme "Renfield".
E-mail Compartir

Agencias

Nicolas Cage no dudó en interpretar a Drácula en la película "Renfield" cuando descubrió la "relevancia" de esta nueva aproximación al Príncipe de las Tinieblas dirigida por Chris McKay, un filme que aborda las relaciones tóxicas y abusivas, y además en tono de comedia, explica el actor.

"Este Drácula, a pesar de monstruoso, tiene sus sentimientos", dice Cage sobre el demandante vampiro que encarna en el más reciente largometraje del director de "The LEGO Batman Movie" (2017), donde comparte cartel con Nicholas Hoult en el papel de leal sirviente que da nombre a la película y que, entre sus principales tareas, está la de conseguir presas para su amo.

En la película, que cuenta con guión de Ryan Ridley y que parte de una idea original de Robert Kirkman, el cerebro detrás de la franquicia de "The Walking Dead", el piadoso Renfield está listo para descubrir si hay vida fuera de la sombra del seductor vampiro tras siglos de servidumbre.

El joven ayudante, que gracias a su amo cuenta con capacidad de adquirir poderes cuando come insectos, empieza a ir a terapias de grupo para personas que están en medio de relaciones abusivas y decide posteriormente ayudar a la oficial de la Policía de Nueva Orleans Rebecca, interpretada por la actriz y comediante Awkwafina, también víctima de un entorno tóxico.

"(Este último tema) es relevante porque está pasando ahora, está en las mentes de las personas, en las oficinas, casas, en las relaciones de pareja", ahonda el actor, quien agrega que la película refleja cómo de algo encantador y cariñoso las relaciones luego se pueden transformar en una situación en la que afloran sentimientos de "propiedad, posesión y celos".

El favorito

El intérprete estadounidense, con una dilatada carrera que comenzó en la década de 1980, recuerda como una de sus películas favoritas en la adolescencia la cinta de John Landis "Un hombre lobo americano en Londres" (1981), que tenía la dosis perfecta de comedia, y sintió que el guión de "Renfield" y la visión de McKay se acercaban a ese espíritu.

"Me sentí cómodo con el papel", dice sobre el rol que le tocó encarnar, de gran arraigo en la cultura popular y la cinematografía mundial, desde aquella obra maestra del expresionismo alemán que fue la cinta de 1922 "Nosferatu", de F.W. Murnau y que el actor vio con apenas cinco años de edad y le dejó una huella indeleble.