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[Cultura Urbana]

Pacientes de El Salvador aprendieron a bordar

Junto a adultos mayores y personas en situación de discapacidad, el grupo participó de un taller en el Museo Baburizza de Valparaíso.
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Redacción - La Estrella de Valparaíso

Inspirados en la exposición de las artesanas de Isla Negra "Bordar el Desborde" recientemente se realizaron talleres de la técnica en bastidor en el Museo Baburizza para pacientes del hospital psiquiátrico El Salvador, personas en situación de discapacidad auditiva y adultos mayore.

En primer lugar los asistentes recorrieron la muestra que reúne cerca de 30 telas bordadas entre 1969 y 1999 por un grupo de artesanas de Isla Negra para sacar ideas y combinaciones de colores que después llevaron a la tela.

Tras dos jornadas, la Oficina de Diversidad Funcional de la Municipalidad de Valparaíso asistió al museo, en primera instancia con un grupo de adultos mayores, y al segundo taller con el grupo de pacientes y personas en situación de discapacidad auditiva, las cuales estuvieron acompañadas de una intérprete en lengua de señas que comunicó las bases del arte bordado y la explicación sobre cómo realizar cada punto.

Pura imaginación

Los participantes bordaron los ascensores de Valparaíso, postales de la ciudad, distintas plantas e ilustraciones de animales, entre otros diseños, durante las jornadas artísticas realizadas por la encargada de mediación del Museo Baburizza, Valentina Sagredo, quien destacó la transversalidad de la disciplina del hilo y la aguja.

"Para nosotros como museo es muy importante y emocionante realizar estos talleres ya que permiten conectar a través del arte con todo tipo de personas, generando vínculos con el arte desde distintas perspectivas, técnicas y procesos. El bordado resulta ser algo muy versátil, libre y experimental que es apto para todas y todos, sin importar si sabemos hacerlo o no. Por esto ha sido muy gratificante ver como nuestros participantes disfrutan el crear e imaginar a través de los hilos y la tela", puntualizó la funcionaria.

Por su parte Danae Vergara, kinesióloga del departamento municipal, quien acompaña a sus pacientes a salidas a terreno, se refirió a la importancia de generar instancias recreativas para los usuarios.

"Nosotros como oficina tratamos de abrir estos espacios culturales para ellos, para que aprendan actividades nuevas, sociabilicen y se relacionen con personas nuevas que también van a las actividades", dijo la especialista que valora que el palacio esté abierto para toda la comunidad y que se realicen estos talleres didácticos.

"Muchas veces los espacios no están habilitados, no hay accesibilidad universal, entonces pasa que los adultos mayores o las personas en situación de discapacidad se automarginan porque saben que no podrán acceder", indicó la kinesióloga.

Pantalla grande

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"Salvaje es el viento"

Un buen modo de calibrar a una sociedad es conocer cómo funciona su fuerza policial, estudiar algún caso delictivo en profundidad; verificando si se respetan los procedimientos y los derechos de los acusados. En el cine, esto lo permite un buen guión, que dosifique bien el avance de los acontecimientos y el desarrollo de los personajes.

Este es el caso de "Salvaje es el Viento" (2022), cinta dirigida, escrita y producida por el cineasta sudafricano Fabián Medea; quien combina de buena manera temas que retratan a dicho país africano, como la corrupción, el tráfico de drogas y el racismo, con una bien contada historia policial, donde los protagonistas son dos detectives: el inspector John Smit (Frank Rautenbach), de raza blanca; y el vice inspector Vusi Matsoso (Mothusi Magano), de raza negra; que, sin embargo, son íntimos amigos, aunque problemas financieros y pretensiones aspiracionales, los han llevado a caer en el cohecho.

Sin ir más lejos, la cinta comienza con un control caminero que realizan a un vehículo con exceso de velocidad, cuyo conductor, Wilhelm (Chris Chameleon), los soborna fácilmente para que no lo multen; sin percatarse que lleva en la maleta, secuestrada, a una joven negra, que luego quemará cruelmente. Con esto, Medea da a entender, que la corrupción policial y el asesinato en serie se potencian y deterioran a la sociedad completa. Para mayor abundamiento, los oficiales luego venden un gran decomiso de drogas a un importante traficante, Mongo (Brendon Daniels); opción que evidentemente no puede traer buenas consecuencias.

Lo interesante es que todo este trasfondo se desarrolla paralelo al caso del asesinato de la adolescente Melissa (Izel Bezuidenhout), que causa gran conmoción, porque es blanca y sobrina del alcalde del pueblo. De inmediato se busca un chivo expiatorio, el novio de la joven, Sonnyboy (Nicolus Moitoi), simplemente porque es de raza negra y tiene antecedentes, como señal del racismo que aún existe en Sudáfrica.

Otro aspecto bien logrado, en esta ópera prima de Medea, es el tratamiento visual y la importancia que tiene el paisaje desolado en la contextura psicológica de los personajes, sobre todo en ambos oficiales, que son capaces de cualquier cosa por sus familias, aunque eso los lleve a perder el rumbo.

título: "Salvaje es el viento"(2022)

dirección: Fabian Madea

Donde verla: Netflix