Pastor cumple 2 meses desaparecido y sin pistas
Familia de Genaro Faúndez, a quien se le vio por última vez en la laguna La Luz de Curauma, dice sentirse sola en una búsqueda "a ciegas".
La de ayer fue una jornada difícil para los familiares, amigos y cercanos de Genaro Faúndez Urbina, el pastor evangélico de 69 años que está desaparecido desde la tarde del pasado 12 de julio, cuando fue a pescar con su hijo mayor en la laguna La Luz de Curauma, en la comuna de Valparaíso. Dos meses sin escuchar su voz o alguna palabra llena de sabiduría, como los tenía acostumbrado, pesan cada vez más a medida que pasan las semanas y no hay rastros de él.
Su núcleo familiar ha desarrollado búsquedas en terreno desde la primera jornada tras su desaparición y han rastreado las inmediaciones de la laguna y los alrededores, pero sin éxito. También se contactaron con hospitales y centros donde podría eventualmente haber llegado, pero nada de eso tampoco ha arrojado algún resultado. Actualmente siguen intentando dar con su paradero por su cuenta pero "a ciegas", ya que "no hay pistas", lamenta su hijo Israel.
De las decenas de personas que llegaron al sector cuando se despertó el interés mediático, incluso de la televisión, ya nada queda. Los grupos especializados de búsqueda, que llegaron de manera voluntaria, tampoco siguen.
De cierto modo, pese a la pena, su hijo asume que aquello era lo esperable a medida que pasaran los días. Los voluntarios tenían que regresar a sus labores cotidianas, pero lo que sí lamenta es que la ausencia de apoyo para seguir buscando a su padre se haya extendido también a la labor de la PDI, cuya Brigada de Homicidios (BH) está a cargo de la investigación.
Según comenta Israel, desde la policía civil le habían dicho que la última búsqueda en terreno que sus funcionarios realizarían en la zona de la desaparición sería el pasado 29 de agosto. Esta búsqueda, añadió, se habría efectuado "por un sector del Salto del Agua (en Placilla) y no se encontró nada".
Tras aquel infructuoso rastreo en ese lugar, el hijo del pastor evangélico asegura que le habrían indicado que "solamente si llegan a encontrar alguna cosa, ahí se reactiva todo". El problema es que no se ha hallado ningún rastro que dé alguna pista sobre su paradero.
Y es que encontrar alguna pista en ese lugar es casi como encontrar una aguja en un pajar, por su extensión. Aquello se agudiza por el limitado recurso humano con el cual contaría la policía civil, asegura. En ese sentido, recalcó que "ellos (PDI) tampoco pueden descartar ese lugar, porque es muy amplio y según ellos no tienen la gente para buscar ahí".
Consultados sobre el avance de las diligencias, desde la PDI solo se limitaron a señalar que es una investigación que se encuentra en curso.