Las experiencias sónicas del músico Juan Gronemeyer
Radicado en Quilpué, su ciudad natal, el baterista de La Floripondio y Chico Trujillo está empeñado en difundir el lenguaje de la percusión a través de clases y encuentros para personas con o sin conocimiento del instrumento. También encabeza sesiones de meditación a través de la música de la India. Su más reciente proyecto: la producción musical.
Marcelo Macellari - La Estrella de Valparaíso
El percusionista Juan Gronemeyer integra dos de los proyectos musicales más exitosos y longevos de la escena nacional: La Floripondio y Chico Trujillo. La primera banda inicia por estos días una gira por Perú, Colombia y México, al tiempo que lanza en plataformas digitales la producción "Aló, ¿con las islas mutantes?", mientras que la segunda se alista para celebrar su cuarto de siglo.
Paralelamente, el músico, quien está radicado en Quilpué y viene desarrollando una serie de proyectos propios, incluido un disco solista editado hace dos años, explica que "de la gira con La Floripondio no participaré por motivos personales y espero retomar las pistas al regreso. Y con Chico Trujillo estamos en pausa guardando energía para a fin de año festejar nuestros 25 años de historia, haciendo bailar a Chile y al mundo".
De sus múltiples proyectos, el músico destaca las clases personalizadas, que ya viene haciendo hace años: "Son encuentros con personas con o sin conocimientos de percusión. Hago un plan de estudio según las intenciones y/o necesidades del alumno o alumna. Puede ser alguien que ni siquiera tenga instrumento de percusión, sino que simplemente tenga las ganas y le guste o algún músico que quiera perfeccionarse en el arte de la percusión. Me acabo de radicar en mi ciudad natal Quilpué, donde estoy preparando el espacio físico para enseñar y apenas esté comenzaré con la publicidad. Un asunto interesante es que hago una producción (compilado) con los alumnos, en donde ellos graban en mi estudio, y ya edité el primer compilado que lo pueden escuchar en las plataformas digitales, se llama 'OíR RepercusióN, Vol.1 (Students OiR Compilation)'. Estoy plenamente disponible para entregar mi conocimiento de más de 30 años en la percusión, además de cultura general, ritmos y mucha música. Los interesados pueden seguirme en mis redes sociales @juangronemeyer o escribirme al correo juangronemeyer@gmail.com para consultas e inscripciones".
Además, el integrante de Chico Trujillo es parte de la producción de Percusión Social, que consiste en encuentros gratuitos para la comunidad con el objetivo de acercar el lenguaje de la percusión. El último encuentro, que se realizó en Valparaíso, contó con varios expositores y el invitado estelar fue Joe Vasconcellos.
Meditaciones sónicas
A lo anterior se suman las Meditaciones Sónicas o Meditasónica, que, según detalla, "son experiencias que podrían caber dentro de lo que se conoce como musicoterapia y consiste en un encuentro en donde interpreto Alaps de Ragas de la India, es decir, el momento más introspectivo y meditativo con el que comienzan los Ragas del Norte de India. Son el momento previo a que entre la percusión y, justamente, los instrumentos que utilizo son de cuerda, el Sarod y el Santoor, y unos bowls de cerámica afinados con agua llamados Jaltarang. Estos momentos, más que musicales son terapéuticos, buscan aliviar el stress y encontrar paz y bienestar. También pueden ser acompañados por una meditación guiada".
Producción musical
En 2022, Gronemeyer editó "Elelepé", su primer álbum solista, el cual define como "un 'larga duración' (long play, LP de ahí su nombre), que nace de la necesidad como ser humano y artista de dejar plasmado una producción musical con composiciones propias y covers con los estilos que me han marcado desde mi juventud hasta estos días. Hay pasajes de música andina ('Fuego en Animaná'), sonidos nigerianos del afrobeat ('Afrobit'), tintes de la misteriosa India ('Bomba Hay'), Reggae-DUB ('Dubitación en pandemia') y cumbia villera ('Just wanna be free'), entre otros estilos. Son 13 tracks, es decir, realmente es un larga duración. Cada tema es muy importante para mí y es un verdadero viaje musical por el mundo. Fue gestado los primeros meses de encierro pandémico y grabé prácticamente todos los instrumentos yo mismo, a excepción de las voces en donde me di el lujo de invitar a cantantes excelentes, quienes me enviaron sus pistas desde Argentina (Juana Chang), EE.UU. (RodStarz) y Japón (Josefina Thayer), así como también desde Chile: Natalia Cionti, Alejo Jofré, Tete Malatesta, Mauricio Miño, Bal Krishna, entre otros".
El músico agrega que este disco "no sé si quedé tan contento con el resultado, pero sí quedé feliz con el proceso de creación, grabación y mezcla. Aprendí muchísimo del arte de grabar y mezclar, cosa que jamás me había atrevido a hacer. Comencé a grabar profesionalmente el año 1995, pero siempre lo hice como intérprete-músico, nunca desde las perillas. Una experiencia enriquecedora total y alucinante. Ya quiero hacer otra producción propia este año".
El encierro por la pandemia del Covid-19 también motivó al percusionista a dedicarse a la producción musical, "por necesidad de generar música. Descubrí que al mezclar pistas sentía un gran placer musical, me di cuenta que era algo que siempre quise hacer, pero nunca me había atrevido. He grabado en estudios de primer nivel (en Europa, México, Chile, etcétera) con grandes profesionales de las perillas, pero fue el momento de atreverse a hacerlo yo mismo. Es un nuevo oficio al cual le tengo mucho respeto y cariño".
Además, durante las temporadas libres entre las giras y conciertos de La Floripondio y Chico Trujillo, Juan Gronemeyer trabaja en su proyecto de "música terrestre" Detucunaatutumba, junto a su amigo y socio Rodrigo Aros: "Estamos tocando e investigando músicas fuera del marco europeo desde 1998. Lento pero seguro. Tenemos el formato 'banda show' y también 'Concierto Educativo', en donde vamos a colegios a mostrar ejemplos de instrumentos y músicas del mundo, recién hace un par de semanas hicimos un educativo en Kidzapalooza".