Marcela Guajardo Pérez
"No hay nada más que hacer me dijeron, tu hija tiene que esperar en la casa. Pero yo quiero seguir luchando porque sé que mi hija puede más", dice Joana Páez, madre de Sofía, de dos años y cuatro meses.
Hace casi un año empezó a notar que su hija tenía constantes vómitos y problemas de movilidad. El diagnóstico de los médicos era una otitis, pero esta madre de Quilpué no se quedó conforme con lo que decían los doctores.
Finalmente la llevaron al hospital de Quilpué, donde descataron una meningitis, pero le entregaron un diagnóstico aterrador: su hija tenía un tumor maligno de ocho centímetros en el cerebro.
"La trasladaron al Van Buren donde están los neurólogos y la operaron al tiro. Me dijeron que le habían sacado el tumor completamente y que la operación casi había sido curativa. Nos derivaron a Santiago con un oncólogo y él me dijo que tenía que someterse a una quimioterapia de manera preventiva, así que así lo hicimos", cuenta Joana.
Inquieta por la salud de su hija, pidió cuatro meses más tarde una resonancia a pesar que el tratamiento no había terminado. Insistió hasta que le hicieron el examen: el tumor había crecido nuevamente, esta vez era de un centímetro y medio.
"El tratamiento que se hizo no era el apto para el tumor, porque necesitaba una quimio de alta intensidad, una terapia agresiva contra el tumor y esta terapia que le hicieron a la Sofía era para frenar la enfermedad", dice Joana.
Terapia
Ahí empezó una nueva etapa de tratamiento, esta vez más agresivo para la pequeña de dos años.
El plan era operar nuevamente para sacar el tumor, hacer una quimioterapia aún más agresiva, un transplante de médula y diálisis.
Los médicos sacaron el tumor, pero aparecieron otros dos más. Los doctores le explicaron a la madre de Sofía que tenía una metástasis cerebral.
Le pusieron la droga más fuerte y esperaron 20 días. "Le hicieron una resonancia y el doctor me dijo que los tumores todavía estaban ahí. Para mí era algo bueno, pero lo doctores no estaban de acuerdo, porque dijeron que ese medicamento tenía que hacer desaparecer esos tumores. Pero eso es como un milagro, que en 20 días algo sea tan fuerte. Y ahí nos dieron de alta, con un tratamiento de cuidados paliativos".
A pesar de todo, esta pequeña de más de dos años vive una vida relativamente normal. "Con la primera operación sufrió una parálisis del lado izquierdo, pero en un mes con la terapia volvió a caminar. En la segunda operación, el médico me dijo que podía quedar ciega, pero afortunadamente quedó sin ningún daño".
Inmunoterapia
Después de ser desahuciada por los médicos su madre siguió buscando."Encontré esta clínica (Recell, en Concepción) que hace tratamientos para las personas que ya están en cuidados paliativos. Me dijeron que trabajan con inyecciones hechas del tumor, para que el mismo cuerpo lo ataque". El tratamiento tiene un valor de nueve millones de pesos y se debe pagar la mitad por adelantado para crear las inyecciones.
Actualmente está organizando una rifa para poder costear los gastos y así juntar la suma que necesita para Sofía, ya que la clínica que hace el tratamiento le informó hace unos días que la niña está apta para poder recibir estas inyecciones.
"Ellos vienen a domicilio a poner las inyecciones y ahí se ve en un mes si el tratamiento sirve para poder cancelar la otra mitad. Lo que se espera es aumentar la expectativa de vida mayor a los seis meses que me dieron sin que ella tenga daños. Nosotras no estamos buscando solamente ayuda económica, sino también psicológica, todo es bienvenido", dice Joana. Para contactarla, llamar al +56930108096.
9 millones de pesos, es el costo del tratamiento de inmunoterapia.