Matias Valenzuela

Una noche caracterizada por ataques incendiarios y amenazas asoló el eje de la Intendencia Regional hasta la subida Ecuador, con la acción de encapuchados que articularon un ataque que nada tenía que ver con las demandas sociales.

Vecinos y comerciantes afectados por los incidentes fueros claros en su análisis: los hechos ocurridos durante la madrugada de ayer se desplegaron de forma concertada y planificada, por la cantidad de participantes y el nivel de violencia perpetrado.

Los desórdenes comenzaron durante la tarde noche del martes con barricadas en las esquinas de costumbre, pero los actos vandálicos se extendieron hasta altas horas de la madrugada.

Los registros difundidos en redes sociales hablan por sí mismos. Piedrazos por doquier, más barricadas, encapuchados arrancando las rejas perimetrales, y un grupo de siete personas uniendo fuerzas para derribar una cámara de seguridad. Todo esto, mientras el "zorrillo" y el "guanaco" disgregaba a los descolgados. En la mañana de ayer, todavía se podía sentir la presencia de los gases junto a la plazuela Ecuador.

Lo más complejo de la jornada aconteció en el edificio de la Intendencia Regional, donde por el acceso de pasaje Melgarejo llegó un grupo de personas con sus rostros cubiertos, los que sortearon las vallas perimetrales y arrojaron a la entrada principal artefactos incendiarios que generaron llamas visibles, las que no provocaron un incendio de mayores consecuencias. La llegada de un piquete de Fuerzas Especiales generó la huida de los antisociales, sin que se produjeran detenidos por este acto que fue registrado por camaras de seguridad y testigos, imagenes que se viralizaron por las redes sociales.

Encerrados

Como se ha hecho costumbre graves desórdenes hubo en la subida Ecuador, donde los comerciantes nocturnos, empleados y clientes tuvieron que refugiarse en sus locales. Cuentan los afectados que el nivel de violencia fue superior al de cualquier noche que recuerden, y esta vez las amenazas y ataques los afectaron directamente. Incluso, hubo dos garzonas y un propietario que sufrieron golpes de puños y patadas de los encapuchados. Declinaron revelar información de los involucrados para resguardar su seguridad. "Fuimos agredidos, tenemos dos mujeres con lesiones y un locatario que también fue golpeado. Estábamos amenazados, no podíamos salir. Cerramos las cortinas, ellos rompieron el inmobiliario público, y lamentablemente nosotros estamos cansados de esto", cuenta Raúl Rojas, presidente del gremio de locatarios de la Subida Ecuador.

Agregó que "Carabineros se encontraba en el sector y lamentablemente no procedió en ningún momento, nos vimos solos. Carabineros se retiró del lugar y quedamos a la deriva. Eso nos tiene bastante asustados".

El vocero de los comerciantes relató que tuvieron que pernoctar acuartelados en sus locales hasta que la situación se normalizó en la calle. "Nunca antes nos habían amenazado a la altura que nos asomábamos en las puertas de nuestros locales, y a piedrazos nos hacían cerrar", acotó.

Leo Contreras, abogado de los comerciantes, calificó esa noche como "una de las más violentas que ha sufrido la Subida Ecuador". Por lo mismo, anticipó recursos judiciales por lo sucedido. No obstante, advirtió que "estas acciones legales son insuficientes si es que no hay medidas ni estrategias. Acá hubo presencia de Carabineros, y dejaron actuar a esta banda organizada, que son los mismos de siempre. Hoy día no fue solo la reja, la barricada, y las piedras, sino que también fueron los locales afectados, dañados y golpeados".

Ayer en el lugar de los hechos había representantes de otros gremios que querían hablar sobre los problemas que han tenido para trabajar en las últimas semanas, pero un grupo de vecinos de la Plazuela Ecuador interrumpió el punto de prensa, haciendo imposible que este continuara. Algunos levantaron agitadas consignas por el excesivo uso de gases lacrimógenos en el sector -lo cual era evidente en la mañana- pero no quisieron emitir declaraciones formales."Tengo un hijo asmático, ¿Qué es lo que se creen?, ¿Acaso somos tercera clase? Nos da rabia, mi hijo tiene principio de asma, y anoche a las dos de la mañana seguían tirando lacrimógenas, miren el daño que han hecho. No tenemos ni semáforos", alcanzó a decir un vecino antes de retirarse.

Fuegos artificiales

El virulento ataque incendiario al edificio Esmeralda no pasó inadvertido para las autoridades y trabajadores del recinto. "En este sector quedó un grupo reducido, no eran más de 100 personas, que venían muy violentamente con armas mucho más agresivas", comentó el intendente Jorge Martínez. Añadió que "fue probablemente la noche en que más bombas molotov fueron arrojadas directamente contra vehículos y personal de Carabineros y contra el edificio de la Intendencia". Martínez sostuvo que estaba dentro del inmueble al momento del ataque.

Destacó el trabajo policial para contener los desórdenes en el sector de la plaza Aníbal Pinto, los que se extendieron hasta cerca de las 01.30 de la madrugada. "Usaron una cantidad importante de bombas molotov, yo llegué a contar más de 60; y también usaron por primera vez, al menos aquí yo no había visto, muchos fuegos artificiales que eran apuntados directamente contra el personal policial, que explotaban muy cerca de ellos, con riesgo de daño auditivo y las quemaduras que generan", dijo Martínez, que agradeció no hubo uniformados con lesiones de consideración.

Tras lo ocurrido, y anticipando lo que viene para marzo, los funcionarios del edificio manifestaron preocupación por su seguridad. Erika Aliste, presidenta de la Asociación de Funcionarios del Gobierno Regional, explicó que están acordando algunas garantías laborales. "Todo indica que podrían recrudecer estas manifestaciones que se concentran en nuestro lugar de trabajo. Nosotros somos gente común y corriente, funcionarios públicos de carrera, muchos de los cuales llevan 26 años en la institución. Estamos solicitando un plan de contingencia para marzo, porque para nosotros lo principal y fundamental, que no se transa, es la seguridad de los trabajadores", dijo.

Algunas de estas mejoras serían horarios que consideren el regreso a los hogares, un plan de evacuación rápido y eficiente, y la posibilidad de trabajar a distancia para aquellas funciones que así lo permitan.