Así pasa Gonzalo Abán la cuarentena con sus dos hijos
El delantero que regresó a San Luis extraña la cancha y el fútbol, pero considera que lo más importante es cuidarse hasta que pase la pandemia. "Esto no es joda", dijo muy serio.
Claudio Morales Salinas
Tiene mucha historia con San Luis, club al que llegó hace más de un lustro desde el otro lado de la cordillera, destacando por su entrega, velocidad y desequilibrio en ofensiva. A Gonzalo Abán le tocó irse de Quillota y volver en dos oportunidades, y este año llegó de nuevo para cerrar el círculo con la insignia canaria y aportar con su experiencia de la mano de Víctor Rivero, el técnico que lo ha dirigido en tres clubes distintos.
Abán acepta el diálogo con La Estrella desde su hogar, donde ha reforzado la convivencia familiar en estas semanas de encierro voluntario y obligado a la vez debido a la suspensión del fútbol por la pandemia del COVID-19.
"Desde que jugamos el último partido con Copiapó, el club tomó los resguardos necesarios debido a la pandemia, y hemos sido mandados a nuestros hogares con pauta de trabajo para mantenernos. Se ve que esto va a seguir extendiéndose, pero estamos esperando para volver a los entrenamientos y retomar la normalidad", dice el rápido extremo derecho.
-Llevas harto tiempo en Chile, te tocó el año pasado lo de la crisis social que interrumpió el campeonato, y ahora esto del coronavirus, ¿cómo has tomado lo que ha ocurrido?
-Sí, lo del año pasado, a pesar de que fue duro para muchos, yo creo que para el país fue positivo, en el sentido de que la gente despertó, de que la gente exigió sus derechos, por un país más justo para todos. Y ahora este tema de la pandemia nos tiene preocupados y tristes por lo que está pasando en todas partes del mundo, pero también con fe y rezando para que todo esto pase pronto y no ocurra lo que hemos visto en Europa.
-¿No has tenido en tu entorno a alguien complicado con el coronavirus?
-Gracias a Dios y a la Virgen, no; pero a uno igual le afecta las muchas personas que están pasando este momento tan duro, y bueno, esperemos que todos los que están infectados se puedan recuperar pronto y no tengamos que lamentar tantos fallecidos aquí en Chile y en todas las partes del mundo.
-¿Y la familia que tienes en Argentina, cómo están, qué has sabido de ellos?
-La verdad que en Argentina se han tomado resoluciones bastante positivas de parte del gobierno. Allá el gobierno argentino optó por cuidar la salud de sus habitantes, y por lo mismo la familia y todos allá están en cuarentena obligatoria. Así que estamos tranquilos, porque mi familia y todos saben que estando en sus hogares y tomando todas las precauciones, no va a pasar nada. Allá en La Rioja, en el norte de Argentina, tengo a mis padres, a mis seis hermanos, sobrinos, abuelos y amigos. Gracias a Dios no hemos tenido la desgracia de recibir ninguna mala noticia. Tenemos la ventaja de la tecnología, y podemos hacer videollamadas para estar en contacto, sobre todo ahora que pasamos más tiempo en casa.
Semanas sin salir
-¿Y cómo lo pasas acá en tu casa con los tuyos?
-Bueno, acá estoy con mi señora y mis dos hijos, y la verdad que ellos ya llevan como cuatro semanas desde que paralizaron los estudios, que no salen a ningún lado. Sabíamos como venía la cosa, mi señora es muy precavida en ese sentido, y ella había hecho las compras de todo lo necesario para poder estar en cuarentena y no tener que salir. Yo mismo, solo salí hace dos semanas a hacer un trámite, y de ahí no salimos más; los nenes no han salido nunca desde que pararon las clases. Tomamos todos los resguardos porque sabemos que esto no se puede tomar a la ligera, conociendo la experiencia que han vivido en Europa. Esto no es joda.
-¿Es complicado estar todo el día en casa, cómo lo hacen, extrañas la cancha?
-Sí, bueno, uno echa de menos ir a entrenar, a los nenes les pasa lo mismo con el tema del colegio; pero Gracias a Dios la estamos llevando bien, ellos se divierten en el hogar, por las tardes hacemos ejercicios juntos, ya que yo trabajo por las mañanas.
-¿No se aburren tus niños?
-Les están mandando mucha tarea del colegio, así que les ayudo y se mantienen ocupados. No me piden que los saque de la casa, ni siquiera aquí dentro del condominio donde vivimos. Sabemos que nos queda un mes duro por delante y tratamos de buscar cosas para entretenerlos, ellos entienden la situación y se portan muy bien, tanto Gonzalito que tiene nueve, como mi hija que tiene cinco. Por ahí en algún momento del día nos hacen rabiar, pero nosotros entendemos, los dejamos si rompen alguna cosa porque sabemos que están acostumbrados a otra rutina, y de repente no pueden salir a ningún lado.
La Estrella Quillota - Petorca