Ramírez y el regreso a las prácticas: "Me duele la garganta de tanto gritar"
El técnico de Santiago Wanderers detalló cómo han sido los primeros dos días de entrenamiento presencial junto a sus dirigidos, recalcando que, a su parecer, el reinicio de la competencia debería postergarse al menos dos semanas más.
Tras permanecer más de 100 días encerrado en su departamento en Santiago, Miguel Ramírez volvió a ponerse el buzo de Santiago Wanderers para liderar el regreso a los entrenamientos presenciales del Decano. El adiestrador caturro sacó los permisos correspondientes para volver a su residencia en Concón y así estar más cerca de Mantagua, lugar en el que su plantel comenzó con la puesta a punto previa al supuesto reinicio de la competencia.
"Me vine con lluvia y no tuve problemas para llegar, pasé por tres cordones sanitarios, pero fue súper rápido, mostrando mi carnet de identidad y el permiso correspondiente. Sí me demoré un poco más de lo normal, porque se provocan filas de autos que están siendo controlados, pero fue tranquilo, aunque cuesta volver a manejar, porque 100 días sin tocar el auto al final te pasan la cuenta con la coordinación", confesó el joven estratega verde.
En la misma línea, y consultado sobre cómo fue dejar la comodidad de su hogar para volver a sus labores en directo, el "Cheíto" destacó que "llevo siete años viviendo fuera de Santiago, estuve en Iquique, Antofagasta, Quillota y ahora acá. A mi pareja y mis hijos los veía los fines de semana o cuando ellos me visitaban, entonces ahora estuve 100 días viviendo una vida normal, y la verdad es que he extrañado eso en estos días".
A la cancha
Matías Fernández, Daniel González, Víctor Espinoza, Luis García, Alexis Valencia, Kennan Sepúlveda, Franco Cubillos y Vicente Lagos son los ocho futbolistas que, ya sea por vivir en una comuna bajo cuarentena, o bien por problemas familiares, se han ausentado en el regreso a las prácticas en el predio que posee el club.
"Ya me duele la garganta de tanto gritar, es una cuestión normal porque uno se acostumbró a hablar por el micrófono, donde se escucha sin problemas, en cambio en la cancha, y más ahora que tenemos que tener distancias, hay que hablar mucho más fuerte", sostuvo el exayudante de Claudio Borghi en la selección chilena respecto a su sentir tras volver a entrenar en cancha, añadiendo, eso sí, que esas "son cosas a las que tenemos que volver a adaptarnos, ya que eso es lo que en definitiva nos va a permitir volver a ser el equipo que queremos ser".
El ex coach de San Luis detalló el protocolo que tanto él como sus dirigidos están llevando a cabo. "En la entrada al complejo hay una persona que le está tomando la temperatura a cada uno de los jugadores, ellos dejan sus vehículos en sectores específicos, pasan por kinesiología, donde nuevamente les toman la temperatura, ellos ya vienen vestidos con la ropa de entrenamiento, y después de eso entran a la cancha, lugar en que cada uno tiene su lugar donde puede dejar su botella con agua o su toallita. Existe además un lugar específico donde elongan, y una vez terminado el entrenamiento, van a tomar sus pertenencias, se lavan las manos y cada uno se va a su propio vehículo. Nadie se puede duchar ni entrar al camarín, está cerrado".
Al mismo tiempo, y ante la interrogante de qué es lo que determinará el cambio entre fases antes de volver a la actividad, el mundialista aclaró que "los doctores son los que nos irán marcando las pautas y el tiempo, porque lo principal es tener la seguridad de cumplir con esta distancia, a pesar de que es complicado, porque 100 días sin verse y sin tener la posibilidad de ser equipo nuevamente, hacen que los jugadores tiendan a acercarse, a querer conversar, a querer tocarse, a querer interactuar".
Busca un retraso
Ramírez es enfático al decir que no apurará a nadie del plantel para llegar bien a la supuesta fecha de regreso, pactada para el 31 de julio. Por lo mismo, el otrora central, cree que el torneo debería reiniciarse al menos dos semanas más tarde de lo estipulado.
"Hay que pensar por todos. Lo que se ha solicitado es tener entre cuatro a seis semanas de trabajo, que es lo que el jugador necesita para ser normal, porque nosotros nos hemos dado cuenta en estos dos días de trabajo, que los futbolistas están descoordinados. Hay muchas ciudades que siguen en cuarentena y cumplir con esas seis semanas se hace difícil, por ende yo siento que es muy importante y adecuado el modificar el inicio del torneo al menos dos semanas", cerró el capitalino.
"No tuve problemas para llegar, pasé por tres cordones sanitarios, mostrando mi carnet y permiso".
Miguel Ramírez
8 son los futbolistas del plantel caturro que no han vuelto a Mantagua por residir en una comunas en cuarentena.