Claudio Morales Salinas

Arturo Chahuán Issa, gracias a su padre, Sabino, llevó siempre en su adn el trabajo dirigencial en el fútbol. Fue así que, como representante de Unión La Calera, se integró al directorio de la ANFP en el período de Harold Mayne Nichols, y en ese contexto, fue parte de una importante misión al otro lado de la cordillera, que terminó cambiando el rumbo del balompié nacional.

El 13 de agosto de 2007 Marcelo Bielsa fue presentado como director técnico de la selección chilena, pero para llegar a ese momento, primero hubo que convencer al DT argentino de aceptar el desafío. Chahuán recuerda que "cuando asumimos teníamos desafíos inmediatos, la selección no andaba muy bien, habíamos tenido una Copa América en Venezuela muy mala, con indiciplinas serias, el llamado 'Puertordazo'. La verdad es que (Nelson) Acosta no quería estar más, nos renunció al volver, y empezamos a buscar técnico, y el que estaba de moda en Chile en esa época era (Claudio) Borghi por sus campañas espectaculares con Colo Colo. Estuvimos a punto de firmar con él, pero Harold siempre tuvo la intención de dar un golpe, un vuelco que revolucionara el fútbol chileno".

Mayne Nichols tenía un bagaje como funcionario FIFA y apuntaba a nombres importantes para una selección y una ANFP devaluadas ("hablaba de Capello, hasta de Guardiola"), aunque al final apuntó a uno: Marcelo Bielsa. "Yo le dije, Bielsa sería un sueño. Harold se reunió privadamente, allá y acá con Bilesa, y fue muy importante que le mostrara cuál era su proyecto: Harold solo le pedía disciplina y trabajo, porque acuérdate que después del escándalo en Puerto Ordaz, habíamos castigado a todos los jugadores por 20 partidos, entre ellos el Mago Valdivia, el Potencia Vargas, Pablo Contreras, (Rodrigo) Tello, el centrodelantero que era de Wanderers (Reinaldo Navia)", rememora Chahuán.

El millón y medio

Quien había dirigido entre otros, a Newells Old Boys y la selección argentina, conoció el complejo Juan Pinto Durán, "pero se fue sin responder", acota el exdirigente calerano, quien junto a Andrés Montrone, Carlos Morales y Gustavo Camelio, fueron enviados a la ciudad de Rosario con una propuesta económica para el entrenador.

"Llegamos temprano al aeropuerto de Rosario, Bielsa nos mandó a buscar y llegamos a una casita pareada, no digamos modesta, pero sí sencilla, que era el búnker donde trabajaba él. Ahí nos recibió y conversamos, y cuando llegamos al tema de las platas, pidió un millón y medio de dólares por año, pero él pagaba todo su staff, el 'Toto' Berizzo, el 'Paqui' (Francisco Meneghini), Luis María Bonini", revela Arturo Chahuán.

Eran cifras altas para la federación chilena, y los emisarios nacionales trataban de jugarse todas las cartas, como recuerda el directivo calerano, quien transparenta que "yo, en la negociación, le digo, qué pasa si le ofrezco un millón de dólares fijo, y otro millón por clasificar, o sea, le estoy ofreciendo más que el millón y medio; 'nooo, me dice, no se haga problema Chahuán, yo he rechazado ofertas mucho mayores. Si me quiero ir a Chile, es porque ustedes fueron honestos, los miré a los ojos, y además me mostraron su pobreza... yo sé que la selección chilena no produce recursos como Argentina o Brasil'. A todo esto, Harold me llamaba y me decía, ya pues, cierren rápido; eran como las seis de la tarde y no terminábamos".

Chahuán afirma que Bielsa aceptó después que le aseguraran que le iban a pagar ese millón y medio, "pero al valor del dólar en Chile, que estaba como a 450 pesos. Es que en Argentina había pasado lo del Corralito. Nos dimos la mano tras el acuerdo, y llamé inmediatamente a Harold porque la prensa estaba esperando en Chile, no sé cómo se había filtrado. Bielsa nunca firmó un contrato, yo hice un manuscrito con todo lo que pidió. En ese momento le digo, profe, yo sé que ahora en el fútbol chileno va a haber un antes y un después, vamos a clasificar, nos va a ir estupendo; pero Bielsa me respondió, tranquilo, 'yo tengo la fuerza y los conocimientos... cómo nos va a ir mañana, no lo sé'".

Arturo Chahuán cierra recordando que no alcanzaron a volver ese día a Santiago, por lo que Bielsa les recomendó un hotel "muy bonito", y que cuando quisieron pagar la estadía al irse, el dueño no les aceptó porque era un honor que los hubiera mandado quien ya era el DT de La Roja.

La Estrella de Quillota - Petorca