Chicos malos

Debo reconocer que los superhéroes me agotaron hace rato. Cuando comenzaron a salir las buenas adaptaciones de Marvel y DC Comics a la pantalla grande, vi y disfruté con casi todas las producciones, pero de un tiempo a esta parte el género me saturó, probablemente por el exceso, por el agotamiento de las sagas (como "X Men") y por la pobre elección de personajes.

Por eso le había hecho el quite a "The boys", la serie de Amazon basada en un cómic de Garth Ennis (el creador de "Predicador") que recrea la vida de un grupo de superhéroes. El estreno de la segunda temporada, hace unas semanas, y una recomendación cercana me hicieron darle una oportunidad... y vaya que el consejo tenía razón. "The boys" es una exquisita pieza de acción, intriga, violencia, corrupción y sarcasmo, que con supina irreverencia trastoca el concepto de los superhéroes, revela el enorme negocio (real) que existe en torno a estas franquicias y convierte a un puñado de fracasados antihéroes en los verdaderos salvadores del mundo.

La trama es más o menos así: los hombres y mujeres con capacidades suprahumanas son parte habitual de la sociedad y están reunidos en torno a una gigantesca corporación: Vought, una compañía que maneja cada uno de los negocios relacionados con sus superhéroes contratados. Al igual que las actuales compañías, Vought lucra de lo lindo con sus películas, franquicias, merchandising y eventos, pero además muñequea políticamente para que los "sups" tengan participación activa en el control del crimen y en la defensa nacional, adosando nuevos y millonarios contratos. Dentro de este grupo, hay siete superhéroes "clase A", conocidos como "los siete" y liderados por Homelander, una especie de Capitán América pero que demostrará ser un sociópata de marca mayor.

Tras el marketing, por cierto, la realidad es más siniestra: gracias a sus superhéroes y a sus millones, Vought tiene un poder incontrastable dentro de la sociedad y, lo que es peor, los "sups", que actúan sin control ni contrapeso, han causado cientos de muertes a causa de sus poderes, sin que nadie los haya censurado.

Allí es donde surgen los "boys", un grupo de cuatro desadaptados unidos por la venganza: todos han sido afectados por el accionar de los superhéroes y desean ponerle fin a su imperio, con la ayuda soterrada de la CIA, que no ve con buenos ojos el poder de Vought.

Con el pasar de los capítulos, vemos que los superhéroes están llenos de defectos, que son meros productos del marketing y que hacen más daño de lo que salvan al mundo.

La serie salpica violencia exacerbada -es más cruda que el cómic- pero también mucho humor negro, personajes bien delineados y una intriga cada vez más retorcida que la hace completamente adictiva. Para maratonear sin dudarlo.