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Viñamarinos opinan cómo es vivir sin Festival

Algunos "viudos" del certamen lamentan su cancelación. Comerciantes se han visto afectados por la medida.
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Bárbara Aparicio - La Estrella de Valparaíso

El 2020, el Festival de Viña "tambaleó" debido a las protestas del estallido social y, si bien no se suspendió, su realización sí se vio afectada por disturbios en sus alrededores. Pero este año, la crisis sanitaria por la pandemia de COVID-19 impidió que se llevara a cabo este show internacional, rompiendo el corazón de algunos y aliviando a otros.

En esta última semana de febrero, en que habitualmente el Festival de Viña marca el fin de las vacaciones y el verano, La Estrella preguntó: ¿qué piensa el público sobre la cancelación del Festival?

"Debió hacerse como el de Las Condes, sin público", menciona Ivonne Moreno, quien cree que a pesar de que la situación tanto a nivel regional como país está muy seria, este evento pudo haber alegrado a muchas familias que quizás no están pasando un buen momento, tanto financiero como emocional.

"Con puros cantantes chilenos tenemos de sobra, tampoco es necesario traer cantantes extranjeros, podríamos de los más bien hacer un festival nacional", finaliza.

"Quizás algo online sin público hubiera sido bueno, sin tanto alboroto y más para liberar a las personas del estrés que todos estamos pasando por el encierro", declara Marcela Bórquez, quien veía como una solución la realización telemática del festival, pudiendo este ser transmitido por un o dos días, con un cantante por género.

Los que apoyan

Sin embargo, también están quienes apoyan la cancelación del Festival. "La verdad jamás me ha gustado el Festival, con toda la plata que ponen deberían ayudar a la gente que vive en la calle, quitar la delincuencia y la droga". señala Gabriela Opazo.

"Me alegra que no se celebre", añade Daniela Pérez.

Comercio

Parte importante del comercio de Viña funciona en torno al Festival y la masiva llegada de turistas. "Yo tenía un hostal en calle Arlegui, siempre que venía el verano para mí era un alivio porque podía vivir tranquila pero ahora que no llegan tantos turistas y que tampoco habrá Festival, no se que haré" señala desconsolada Soledad Gaete, quien no ha podido salir a flote debido a la situación sanitaria.

La señora Lidia es otro ejemplo, quien aprovechaba de vender lentes en las costas de Viña en esta época. "Esto me llevó a vivir donde mi hija menor, sin el comercio de antes no me da para vivir tranquila", afirma.