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Familia Lizana: la tradición del organillo Presidente Sociedad de Folclor Chileno

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Por Yvaín Eltit

La leyenda comenzó en 1936 cuando don Héctor Lizana Gutiérrez (1928), en el barrio Matta sur (Santiago centro), era vecino de la familia Ferreira, quienes arreglaban organillos y chinchines, produciéndose el primer acercamiento con el oficio. Ya en 1938 era la joven promesa del chinchín, tocando bombo y platillos como nadie y desplazando con su talento a toda una generación, por lo cual fue apodado "El patitas de oro".

En 1962, el organillero Gustavo Muñoz (1933) invita al puerto de Valparaíso a don Héctor junto a su hijo don Manuel Lizana Quezada (1949), el cual lucía como prodigio del chinchín, para visitar a los cultores porteños, los que adoptaban reacios el uso de dos varitas en el chinchín y pasar el pie entre la cuerda del hi-hat.

En 1984 fallece Enrique Venegas, el último luthier (profesional dedicado a fabricar y reparar instrumentos de cuerda) de organillos. Don Manuel asumió esta tarea, fabricando su primer organillo en 1991, "el pito de bronces", e inaugurando así su taller de organillos.

El organillo es un reproductor musical mecánico sensible, mientras el chinchín comprende bombo, sonido de caja, repique, platillos y triángulos, incluyendo bailes y acrobacias del chinchinero acompañando al organillo, con estilos como cuecas, folk, marchas, pasodobles y tangos.

Posteriormente los hijos de don Manuel, Héctor Lizana Hidalgo (1977) y Manuel Lizana Hidalgo (1971) se sumaron con pasión a la tradición. Ante esto Héctor comenta: "Es una bella tradición, y llevarla da mucha alegría, da muchos sentimientos encontrados, ser un artesano de organillos es un regalo de Dios".

El linaje en la cuarta generación son los hijos de Héctor, Joe Lizana Villagrán (1997) y Amaro Lizana Villagrán (2009).

Cuando Joe tenía 11 años participó en el video "Chin chin" del grupo musical chileno Juana Fe. Sobre el legado familiar confidencia: "Es un trabajo que le da tanta alegría y cultura chilena a las personas, y de donde vino el oficio, quizás no se trabaja de la misma forma, pero vamos en la misma línea, muchas veces es un sueño el saber que soy parte de esto".

Esta hermosa herencia los ha llevado a recorrer naciones como Alemania, Bélgica, Canadá, Cuba, Estados Unidos, Francia, México, Rumania y Rusia.

En 2013 fueron declarados Tesoros Humanos Vivos 28 socios de la Corporación Cultural Organilleros de Chile. Don Manuel en el año 2014 es certificado como "Maestro Organero" en Waldkirch (Alemania) por Heinz Jäger y Wolfgang Brommer, pertenecientes a las Fábricas de Organología más importantes de Alemania y miembros oficiales de la comisión para el nombramiento de maestros organeros del mismo país, consagrándose como el luthier de organillos más importante del continente.