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"Cada joya que hacemos tiene simbología y espiritualidad"

La escritora mapuche Libertad Manque enseña orfebrería tradicional a hombres internos en la cárcel porteña. En los últimos años, también ha difundida la lengua, medicina y expresiones artísticas de pueblos originarios a personas privadas de libertad. "Muchos no sabían qué significaba ser mapuche", reflexiona.
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Camila Rojas Vargas - La Estrella de Valparaíso.

Trabajando en el Conocimiento, en castellano, o Kimün mew Kuzawmeken, en lengua mapuche, es el nombre de un proyecto que este año otorgó habilidades de artesanía en plata a un grupo de hombres privados de libertad del Centro Penitenciario de Valparaíso ubicado en el camino La Pólvora.

En el taller, ellos aprendieron la orfebrería mapuche, a diseñar y crear joyas étnicas, junto con sus significados y simbolismos, con el fin de que puedan generar ingresos en ese campo una vez sus condenas se terminen.

Colección de joyería

Cerca de 70 piezas entre aros, colgantes, collares, prendedores y pulseras hicieron a puño durante el transcurso del año en el taller que tendrá como cierre una ceremonia de exposición de las joyas en la cárcel. Fueron cuatro horas de trabajo una vez a la semana para llegar a obtener una verdadera colección de artesanía mapuche.

"No es llegar y enseñar a hacer una joya, no es como la orfebrería normal, la nuestra tiene espiritualidad. Cada joya que nosotros hacemos tiene una simbología que significa algo y la persona que lo hace también deposita todo su newen (fuerza, traducido al castellano), toda su energía en esa obra para la persona a quien se la está creando y que la va a recibir", dice Libertad Manque Salinas, destacada escritora mapuche que fue profesora del curso.

Cada lunes durante cuatro horas, de diez de la mañana a dos de la tarde, los reos se presentaban en el taller donde ella los esperaba con los utensilios sobre las mesas de trabajo y con alguna colación o café caliente para compartir en los ratos de recreación entre la jornada de trabajo.

"Para que la gente se haga una idea, nosotros trabajamos con placas de plata que son del porte de una tarjeta de crédito. Ese pedazo de plata nosotros lo vamos moldeando y cortando acorde al diseño que queremos lograr", explica la gestora de la iniciativa y autora de "Más allá de mis ojos. Antología de poesía", "Arte carcelario", "Poemario bilingüe testimonial de una mujer mapuche urbana, sus luchas y reivindicaciones" y "Somos los hijos, de los hijos, de los hijos de Lautaro. Memoria testimonial de Trepan kimün mew", por nombrar alguno de sus escritos.

Este año enseñó a la población penal de Valparaíso uno de sus oficios. "Cada una de las joyas viene de un territorio, por ejemplo, el pehuén, que es de la cordillera, va a usar araucarias y cóndores, las aves en general. Hay un montón de simbologías que tú te das cuenta cuando las ves plasmada en la plata a qué sector indígena pertenece", indica la profesora.

Lengua mapuche

Libertad Manque Salinas lleva trece años enseñando distintas prácticas en la cárcel; de hecho, es un orgullo para ella que un grupo de mujeres haya aprendido a leer en una de sus clases de fomento lector.

"Una de ellas me comentó que durante la hora de visita le ayudó a la hija a hacer su tarea del colegio, eso para mí lo es todo", indica la escritora que, en compañía de otros profesionales especializados, ha levantado cursos de medicina mapuche, derecho indígena, comunidad y asociación cultural, música e historia. Libertad ideó cada proyecto y los postuló al Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, FONDART.

Con sus ideas ha logrado adjudicarse los medios para ejecutar sus talleres, incluyendo el curso de orfebrería. "Yo me di cuenta de que había humanos de mi pueblo que estaban privados de libertad, que no son presos políticos sino que están ahí por delitos, y estos chiquillos eran doblemente discriminados en la cárcel porque también hay un sistema de casta, digamos, y los indígenas también eran mal mirados, les hacían burla por los apellidos, muchos de ellos no tenían idea de qué significaba ser mapuche", recuerda la escritora.

Tras observar el fenómeno social que se daba en los complejos penitenciarios, decidió aportar un granito de arena en pos de las comunidades.

"Si uno descubre quién es, se apropia de quién es, no se avergüenza de sí mismo, por eso trabajamos también con personas de los pueblos andinos, los aymaras, que eran como dos, y dos quechua. Con ellos hicimos danza andina con los propios trajes. Nos prestaron una cancha y nacieron bailes hermosos entre todos", señala Manque.

70 joyas mapuche crearon los reos de la cárcel de Valparaíso.