Daniela Grandón: una científica que sueña en grande
Esta profesional villalemanina, de 28 años, es licenciada en Física con mención en Astronomía por la Universidad de Valparaíso y actualmente es doctoranda en Física por la Universidad de Chile. Recientemente fue reconocida por Unesco con el premio Women in Science.
Francisca López - La Estrella de Valparaíso
Es una científica reconocida, pero podría ser cualquier otra persona entre la multitud. La gente no la reconoce ni sabe que, detrás de ese mechón de pelo morado y una polera de Iron Maiden, hay una joven profesional de 28 años que fue reconocida por L'Oréal y Unesco con el premio Women in Science.
Daniela Grandón sale de la estación de metro Viña del Mar algo apresurada. Trae el pelo mojado, viste de jeans, zapatillas, una polera, un suéter gris y un bolso negro. El fotógrafo le pide que pose. "Colócate acá", le dice. Las personas que pasan la observan con ingenua curiosidad. "¿Quién es?", pregunta un transeúnte.
Se coloca el bolso, se tira el pelo para el lado y se sienta en uno de los banquillos que están en plaza Viña del Mar. Mira a las personas que caminan. Se toma su tiempo. "Las mujeres científicas están invisibilizadas", dice Daniela. "Acá en la V Región hay un montón de mujeres que aman la ciencia, que tienen grandes investigaciones y para la sociedad, en general, son invisibles", agrega.
Daniela Grandón, 28 años, villalemanina, es licenciada en Física, mención Astronomía, por la Universidad de Valparaíso y actualmente es estudiante del Doctorado en Física de la Universidad de Chile. Su especialidad es el estudio de la cosmología física, en donde aplica herramientas de machine learning (ML) para develar la naturaleza de la energía oscura.
Sus investigaciones y su gran pasión por comprender las galaxias la han llevado a Holanda, Alemania, Escocia y diversas ciudades del mundo.
Este año se contactó con la académica e intelectual Elena Sellentin, de la Universidad de Leiden, en Holanda. "Le escribí porque me interesaba mucho su investigación en cosmología. Ella es una gran referente y comunicarse con una gran académica era un sueño", cuenta.
Sellentin le respondió. "Para viajar a Holanda necesitaba una beca, entonces busqué una y me fui por cinco meses a trabajar con ella. Actualmente trabajamos en métodos matemáticos y de inteligencia artificial en cosmología", agrega la científica.
En esa instancia vio cómo a la académica la apartaban solamente por ser mujer. "Ser científica es tremendamente complejo. Vi cómo los académicos tenían su club de Tobi", relata.
Reconocimientos
Durante su vida académica, Daniela ha ganado múltiples reconocimientos, como el Premio a la Excelencia Académica en la Universidad de Valparaíso y la beca ANID para estudiar su doctorado. Fue becada para investigar en Holanda y en un congreso de la Universidad de Chile fue premiada por ser la segunda mejor charla, entre otras distinciones y becas que ha conseguido.
En ese sentido, Grandón dice que es muy bueno que haya instituciones privadas y públicas que promuevan la participación de las mujeres y las impulsen. "Porque una cosa es participar y otra es impulsarlas para que se queden en la ciencia y sigan una carrera", explica la profesional, que señala muchas veces las mujeres desertan por varios motivos.
"A veces son cosas de fuerza mayor o inseguridades. De verdad pasa que hay mujeres que no se creen capaces de tener un doctorado, donde se espera que seas independiente y que generes tus ideas novedosas de física teórica. Entonces dicen no puedo, no creo que pueda llegar a eso", reflexiona.
La llegada a la física
Daniela tenía 15 años cuando le empezó a gustar la física. Sin embargo, antes de eso, le interesaba todo. "Cuando veía documentales escuchaba a hombres increíbles de universidades de élite. Para mí fue complejo pues decía: esto es para gente inteligente. En Chile no creo que sea fácil hacer una carrera de este tipo", confiesa.
La científica, entonces, desechó la idea. Ingresó a la Universidad Técnico Federico Santa María para estudiar Ingeniería Civil. Allí se dio cuenta de que la física era su camino. En ese año que estuvo, revisó la malla curricular de la Universidad de Valparaíso: "No podía creer que estuviera enfocada en la astronomía, que hubiesen mujeres científicas. Se me abrió el mundo. En ese tiempo, la difusión de la astronomía era muy poca".
En la UV, Daniela encontró a una profesora que vio potencial en sus capacidades. "Amelia Bayo (docente e investigadora, astrónoma y doctora de Astrofísica) se daba el tiempo de enseñarme más cosas fuera de clases, pese a que tenía una agenda ultra ocupada. De repente había alguna escuela, y me decía: inscríbete, anda. Me llevó a observar con ella, una noche en (el observatorio) Las Campanas. Todo eso me fue ayudando a ganar más confianza", cuenta Grandón.
Al terminar el grado, Daniela estaba insegura sobre si seguir o no con el doctorado; si bien ya tenía dos papers publicados, aún seguía dudando. Además su abuela había fallecido. Por un año hizo clases como profesora en dos colegios.
Cuando entró al doctorado se dio cuenta de que podía discutir con todas las personas, desde 30 a 80 años, sobre ciencias. Daniela, se emociona mucho cuando habla sobre física, cuando explica su investigación. Es apasionada por estos temas. En marzo se irá a Japón a trabajar a la Universidad de Tokio.
La científica se para de la banqueta y camina hacia la calle Valparaíso. Tiene que cambiar dinero. En unas horas tiene la premiación y en unas horas su vuelo parte. Se va a Italia, tiene una conferencia. En unas semanas más, parte a otro país para hablar, investigar sobre lo que más le apasiona: las galaxias. Reflexiona: "¿Por qué valoramos tan poco a las mujeres científicas?".
"¿Por qué valoramos tan poco a las mujeres científicas?".
Daniela Grandón, física