Elecciones basadas en amor y no en miedo
La vida no es una carrera por ganar, es un maravilloso paseo por disfrutar. Y el hecho de poner nuestra atención, en primer lugar, en lo que estamos sintiendo en lo profundo, será lo que nos armonice para poder actuar desde un lugar de equilibrio, alegría y paz. Y estamos en el punto en el que podemos ver que eso es posible.
Cuando yo me di cuenta de que no era feliz a pesar de haber logrado todo lo que me proponía, entré en un espacio nuevo de vulnerabilidad y apertura que me ayudó a descubrir lo que verdaderamente necesitaba. Tuve que ser muy honesta conmigo misma y reconocer que estaba llena de miedos enmascarados, y que la razón por la cual no era feliz era simplemente porque yo no me amaba a mí misma. Siempre criticándome y viendo lo que estaba mal en mí, ¡yo era mi peor enemiga!
Este punto de vulnerabilidad fue el que me permitió sentir. Es importante que te preguntes qué sientes, que cierres los ojos y te permitas quedarte ahí conectado con tu corazón. ¿Y recuerdas? Puedes pensar esa faceta que te compartí la semana pasada: "Alabanza al amor por este momento en su perfección", (la piensas mientras pones tu atención en el corazón).
Y sea que la respuesta venga o no - pues al principio hay toda una coraza por disolver que nos está impidiendo escucharnos - si eres paciente lograrás esa conexión interna, y es el regalo más maravilloso que nos podemos dar.
De modo que en cada situación que se presenta en nuestras vidas, en lugar de reaccionar al primer impulso, podemos mirar hacia adentro y permitirnos sentir. Y te sorprenderás cuando descubras lo que verdaderamente estás sintiendo, algo a lo que nunca le habías puesto atención. ¡Qué acto de amor más profundo es éste! Amor a nosotros mismos, nuestro propio ser presente y vibrando en este acto amoroso.
También es importante permitirnos ser vulnerables, es decir, ser honestos con lo que sentimos, ahora que hemos aprendido a conectarnos con nuestro corazón. Esto nos permite hacer elecciones basadas en amor y no en miedo, en los "debería", o los "tendría". Esto inevitablemente lleva a la madurez emocional y a crear lo mejor para cada uno de nosotros, y como consecuencia, para nuestro entorno.
Hemos aprendido a mentir y a manipular para recibir la aprobación del afuera. Pero al ser vulnerables y al estar conectados, enfocados en nuestro interior, el hablar nuestra verdad se vuelve imprescindible. A partir de ahora, ir en contra de lo que sentimos, mentir, se hace doloroso, porque ya nos podemos dar cuenta que haciéndolo, nos estamos abandonando.
Si le enseñáramos a nuestros niños a no perder este aspecto que es natural en ellos, veríamos cómo las relaciones con sus pares se transformarían en relaciones amorosas, abiertas, de respeto y de ningún modo destructivas ni violentas.
Todos estos pasos son simples, pero verdaderos y válidos. Y como siempre digo: "la vida es simple, somos los humanos quienes la complicamos". Y lo hacemos porque nos hemos separado de nuestra esencia, hemos perdido nuestra conexión interior. Pero ahora estamos aprendiendo a reconectarnos, para que todo se alinee y fluya y, como consecuencia, podamos actuar desde la profundidad, la vulnerabilidad y la verdad, en nuestra vida cotidiana.