Bomberos, los héroes de Ámbar que quedaron en el anonimato
La comandancia de Villa Alemana ofreció su cooperación en la búsqueda y nadie los tomó en cuenta pese a haber participado en el operativo del crimen en 2005. La familia los llamó y dieron con evidencia clave.
Belén Velásquuez N. - La Estrella de Valparaíso
Una vez hallado el cuerpo de Ámbar, las alabanzas se concentraron en el trabajo de la PDI, dejando en el olvido la importante labor que cumplió Bomberos, quienes de alguna manera abrieron la puerta para que la policía encontrara a la adolescente en un lugar que ya había sido revisado.
Fue cerca de las 12.30 horas del jueves que un dron de Bomberos divisó algunas especies que podían ser de interés policial: celulares, una pala y restos biológicos estaban a unos 80 metros de la casa de Hugo Bustamante, en una quebrada frente a la vivienda y nadie las había visto.
El comandante del Cuerpo de Bomberos de Villa Alemana, Claudio Pérez, contó que apenas supieron de la desaparición de la joven, "pusimos todos nuestros recursos a disposición de la PDI", pero nadie los llamó. Ni siquiera pesó que él y otros voluntarios hubiesen estado en la extracción del tambor en el que Bustamante escondió a sus víctimas en 2005, pues en ese entonces la PDI no pudo sacar el recipiente y llamó a los voluntarios para que lo hicieran y lo abrieran.
"Acudimos con material de rescate, un trípode y herramientas de corte. Algo conocíamos el patrón del imputado ahora", recuerda Pérez, quien aseguró que antes "la relación con la PDI era mucho más estrecha".
Organización
Pérez sostiene que la familia los buscó desesperada el miércoles 5 "y lo que nos preocupaba mucho era que habían demasiados voluntarios en la búsqueda sin preparación, entonces tenían un alto porcentaje de probabilidades de tener un accidente, por lo que como institución decidimos ayudar".
Ese mismo día se coordinó con Bomberos de Quilpué y Limache, reunieron drones, programaron turnos y armaron "un trabajo ordenado, disciplinado y estructurado, que era lo que faltaba en terreno. Nos aportaron antecedentes y con eso se hizo un rastreo con drones por todas las quebradas desde el norte del estadio", contó Pérez.
El jueves, tipo 12.30 horas " a través de un dron de Bomberos visualizamos indicios que se determinaron preponderantes, enviamos personal terrestre y la información se manejó vía interna, no por sistema radial".
Las pistas estaban ubicadas "en una quebrada profunda, frente a la casa de la mamá, como a unos 80 o 100 metros", precisa el oficial de Bomberos. "Se le informó a la PDI, se acordonó el lugar y esa fue la puerta que se abrió para que finalmente supieran dónde estaba la niña", pues en paralelo se volvió a entrevistar a la madre, quien en calidad de testigo confesó el crimen de Bustamante.
Pensando en el pasado, Pérez hoy dice que Bustamente tuvo más cuidado al cometer el crimen que se le imputa. "En 2005 el tambor no estaba enterrado a más de 40 centímetros, hoy nos dijeron que el hoyo era mucho más profundo y que se ocultó mejor el cuerpo. La primera vez lo delató el olor y la remoción de tierra que vieron vecinos", recuerda el bombero.
El gusto amargo
Asimismo, Pérez reflexiona y dice que "a lo mejor la PDI consideró que no era el momento de llamarnos, no quiero juzgar. Sin embargo, hay un cierto gusto amargo porque todos hablan de los perros, pero nosotros fuimos los que abrimos la puerta a la PDI. Pero eso no se dice en la televisión, pero no los culpo, ellos manejan la información que le pasan las instituciones y Bomberos no busca la prensa, no quiere ser protagonista".
"Estamos acostumbrados porque en las emergencias todos nos mencionan, pasan dos días y nos olvidan, pero esto no era una competencia ni buscábamos ser protagonistas. El objetivo era encontrar a Ámbar con vida y podría haberlo hecho cualquiera", dice Claudio Pérez.
Agrega que "nuestra mística es hacer la pega y hacerla bien. No competimos, pero claro que queda un gustito amargo porque nadie nos ha nombrado", concluyó el comandante Pérez.