El poder destructivo de un simple fertilizante
El desastre ocurrido esta semana en Beirut, que dejó miles de muertos y heridos, además de daños incalculables, no es el único provocado por la acumulación de esta sustancia que puede ser altamente riesgosa.
Tanto la cantidad como el material del que hablamos importan para explicar esta tragedia, que no es única. Como veremos, el nitrato de amonio ha sido responsable de otras tantas explosiones, tanto accidentales como de origen criminal, que han acarreado muerte y destrucción en distintas partes del mundo.
El nitrato de amonio en sí no es peligroso. Es una sal blanca e inodora que se usa como base para fertilizantes, soluble en agua y de bajo costo, por lo que es muy utilizado por agricultores. No es un combustible ni un explosivo en sí, pero en cantidades altas y en presencia de intensas fuentes de calor o de sustancias combustibles, puede transformarse en una poderosa bomba.
Por ello, el almacenamiento de nitrato de amonio debe seguir una serie de protocolos de seguridad... los que claramente no se cumplieron en el puerto de Beirut.
Una fuente oficial citada por la agencia Reuters señaló que lo ocurrido en Beirut -donde el nitrato de amonio estuvo almacenado durante unos seis años en la bodega número 12, a metros de la bodega 9 donde se inició un incendio- "es una negligencia", añadiendo que la inseguridad en el almacenamiento había sido expuesta ante varios comités y jueces sin que se "hiciera nada" para retirar o deshacerse del material.
Badri Daher, director general de la Aduana Libanesa, declaró a la radio LBCI que la aduana había enviado seis documentos al poder judicial advirtiendo que el material almacenado representaba un peligro: "Solicitamos que fuera trasladado, algo que no ocurrió. Dejemos que los expertos y los interesados determinen por qué", dijo.
Otra fuente del puerto afirmó que un equipo inspeccionó el nitrato de amonio hace seis meses y advirtió que, si no se movía, "volaría todo Beirut"...
Hace 100 años, el nitrato de amonio provocó una tragedia a causa de una explosión accidental en Oppau, Alemania. Era 1921 y un grupo de operarios de la planta BASF extraía nitrato de amonio almacenado en un silo.
Ya que la sal -unas 4.500 toneladas- se había solidificado, debían picar los trozos con un chuzo y retirarla de a poco. Entonces, a un empleado se le ocurrió una "genial idea": provocar una pequeña y controlada explosión con dinamita para pulverizar los bloques de nitrato y así recogerlo con mayor facilidad.
El resultado fue una detonación que dejó 500 muertos, dos mil heridos y el 80% de los edificios de la ciudad en ruinas. El cráter que dejó la explosión tenía 125 metros de largo y 19 de profundidad.
En 1947, el nitrato de amonio fue el responsable de la mayor tragedia industrial registrada en Estados Unidos. Ocurrió en el estado de Texas, donde un barco francés cargado con 2.300 toneladas de la sal se disponía a zarpar. Todavía estaba atracado cuando se inició un incendio en las bodegas de la embarcación. El capitán tomó una decisión que significó que el remedio fuera peor que la enfermedad: ordenó desplegar un sistema de control de incendios de vapor, utilizado para algunas emergencias pero fatal para interactuar con este tipo de productos. Con la reacción química, el nitrato de amonio se convirtió en óxido nitroso y... "boom".
El número oficial de muertes fue de 576, pues mucha gente se había acercado al puerto para presenciar el incendio, que emitía un llamativo humo anaranjado. Mil edificios a la redonda resultaron destruidos y la onda expansiva fue tan potente que el ancla del barco se encontró a tres kilómetros del lugar.
En épocas más recientes, el nitrato de amonio ha sido protagonista en otras tragedias accidentales. El 21 de septiembre de 2001, en Toulose (Francia), unas 300 toneladas de este material, almacenadas a granel en la planta química AZF, explotaron, dejando 31 fallecidos. La detonación se escuchó a 80 kilómetros a la redonda.
En 2013, también en Texas, tras un incendio se registró una gran explosión en la planta de West Fertilizer, que dejó 15 personas muertas.
Los accidentes ocurridos con el nitrato de amonio pronto incubaron una siniestra idea en mentes criminales. Correctamente manejado, el producto de uso agrícola podía convertirse en un explosivo barato, de fácil acceso y altamente letal, para llevar a cabo atentados terroristas.
Y así no más ha ocurrido en las últimas décadas. El primer atentado terrorista con nitrato de amonio se registró en agosto de 1970 en Estados Unidos, cuando una agrupación antisistémica denominada "La Banda del Año Nuevo" colocó un autobomba con una tonelada de ANFO (un compuesto elaborado con nitrato de amonio y diésel) en el Centro de Investigación Matemática del Ejército, ubicado en la Universidad de Wisconsin-Madison. Un estudiante murió y otros tres resultaron heridos.
El mismo material explosivo, ANFO (sigla derivada el inglés "Ammonium Nitrate - Fuel Oil"), montado sobre una camioneta, se utilizó para el ataque terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires, el 18 de julio de 1994, que dejó 85 víctimas fatales y unas 300 personas heridas. El ataque ha sido atribuido al grupo terrorista libanés Hezbollah.
El 19 de abril de 1995, una mezcla casera de ANFO (2.300 kilos de nitrato de amonio, diésel y nitrometano) cargada sobre un camión provocó el que, hasta la caída de las Torres Gemelas, fue considerado el mayor ataque terrorista en Estados Unidos.
A las 9 de la mañana, la bomba preparada por los terroristas domésticos antigubernamentales Timothy McVeigh y Terry Nichols detonó en el edificio federal Alfred P. Murrah, en la ciudad de Oklahoma. El ataque causó la muerte de 168 personas y dejó más de 680 heridos. La explosión dañó 324 edificios en un radio de 16 cuadras, quemó 86 vehículos y destrozó los vidrios en 258 edificios cercanos, causando pérdidas estimadas al menos 652 millones de dólares.
Las peores explosiones accidentales y criminales causadas por el nitrato de amonio
2.750 toneladas de nitrato de amonio. Grabe esta cifra en su memoria, porque esa, se estima, era la impresionante cantidad de este peligroso fertilizante químico almacenada en el puerto de Beirut y que esta semana hizo volar por los aires las instalaciones y provocó una destrucción devastadora a varios kilómetros a la redonda, tras una dantesca detonación.
UN LAMENTABLE HISTORIAL
UN explosivo BARATo Y PELIGROSo
80% de los edificios en oppau, alemania, fueron destruidos por la explosión en la fábrica basf, en 1921.