"Siempre estuve consciente de que estábamos ante una obra histórica"
Alfredo Castro habla de su rol protagónico en "Tengo miedo torero", película que comenzó ayer su venta para función de preestreno vía streaming el 12 de septiembre.
Marcelo Macellari C. - La Estrella de Valparaíso
En 2005 Alfredo Castro recibió una llamada de la asistente de Pedro Lemebel para que se reuniera con él en un bar del barrio Lastarria en Santiago, donde el escritor le contó que un director italiano había comprado los derechos para llevar al cine "Tengo miedo torero" y le dijo: "Yo quiero que tú seas La Loca del Frente". Pasaron 15 años, el destacado cronista falleció, los derechos se vencieron y finalmente la cinta basada en la única novela de Lemebel, bajo la dirección de Rodrigo Sepúlveda ("Padre nuestro") debutará en el Festival de Venecia el 10 de septiembre y el 12 del mismo mes tendrá una función de preestreno vía streaming, cuya venta partió ayer. Castro, que se mantuvo como protagonista pese a los cambios en el proyecto, reconoce las altas expectativas en torno a la película, cuyo tráiler tuvo más de 100 mil visualizaciones en una semana: "Siempre estuve consciente de que estábamos ante un producto histórico, porque Lemebel es parte de la historia de este país. Y cuando lo filmamos entendí también que era un proyecto muy cargado de historia personal y política, entonces es un desafío tremendo".
"Tengo miedo torero" transcurre durante la dictadura de Pinochet, cuando la Loca del Frente, una vieja y pobre travesti, luego de enamorarse de un guerrillero, se ve involucrada en una arriesgada operación clandestina. Se trata de una coproducción chileno-argentino-mexicana, donde además de Alfredo Castro participan el mexicano Leonardo Ortizgris ("Museo") y la argentina Julieta Zylberberg ("Relatos salvajes"), junto con los actores nacionales Luis Gnecco, Amparo Noguera y Sergio Hernández; mientras que la banda sonora está a cargo de Pedro Aznar.
-¿Qué impresión te dejó Pedro Lemebel las veces que hablaste con él?
- Yo no fui amigo de él, pero compartimos varias veces y era un tipo grato, que tenía su carácter evidentemente. Pedro Lemebel es una parte de la historia de este país. Siempre fue un luchador por derechos LGTB y destacó por su singular escritura, por sus crónicas. "Tengo miedo torero" es su única novela y él la califica como una novela rosa, una historia dramática de un amor imposible.
-Además de leer la novela y lo que te entregaba el guion, ¿cómo preparaste el personaje de La Loca del Frente?
-Conversé con algunos cercanísimos a Pedro, para preguntarle algunas guías y cosas que me pudieran ayudar. El resto fue un trabajo súper meditado con Rodrigo Sepúlveda, el director, con el maquillador y la vestuarista, porque era muy importante cómo se iba a ver ese personaje, su físico. Ahí fuimos hablando y descubrimos que había varias Locas del Frente en el personaje. Uno que es el que tiene que ir a dejar los manteles a los milicos; el cola que está encerrado en su pieza solo, desaliñado, viejo y sin dientes, el pelo mal teñido; otro que se prostituye en los cines de adultos del centro, que es más glamoroso dentro de la pobreza, y la otra es como la estrella de cine. Son cuatro personajes en uno y hubo que tener claro cuál era cuál en determinado momento. Fue un lindo trabajo de transformación.
-Mucha gente se imagina que La Loca del Frente es Lemebel, cuando es un personaje de ficción, independiente que puede tener rasgos del autor.
-No es Lemebel, aunque todo escritor trabaja desde su sensibilidad y de su biografía. Yo sé que varios momentos de la novela son reales y que Pedro los vivió, pero tampoco se le puede negar la capacidad y el talento para haber creado personajes y situaciones que son ficción. Esto no es un biopic sobre Pedro Lemebel.
-Pedro Lemebel describía "Tengo miedo torero" como una novela rosa, pero en el corazón de ella está la marginalidad, la discriminación y el activismo político. ¿Ello está presente en la película?
-Sí, porque esa es la mezcla interesante que él hace. Sin embargo, no deja de ser una novela rosa, que una vieja travesti y pobre se enamore de un chico burgués. Es la típica estructura de novela rosa, pero evidentemente con contenido político relacionado con el atentado a Pinochet. La mezcla de la política contingente de aquella época, más un terremoto, hacen que la película sea doblemente interesante. Ahora, en la película no está la historia de Pinochet y Lucía Hiriart, que sí está en la novela.
-¿Piensas que a Lemebel le habría gustado esta película?
-Yo he tenido hartas discusiones, porque no soy lector de la mente de los muertos. Muchos viudos o viudas de Lemebel hablan como sí él estuviera vivo, como pensando por él. Creo que eso es ridículo y no lo sabremos nunca. La película es un trabajo hecho con todo el amor y la pasión posible, y con todo el respeto que merece el texto. Habrá gente a la que le guste y a la que no le guste. Y se acabó.
-¿Crees que hay un boom en torno a la figura y obra de Lemebel?
-Imposible que no. Lemebel es muy importante en Chile y siempre lo fue. Obviamente, y por suerte, se va a trabajar sobre él muchos años, ya que hay material y biografía de sobra. Lemebel está en el lugar en el que tuvo que estar siempre.
-Debutaste tarde en la pantalla grande, a los 51, pero desde "Tony Manero" (2008) iniciaste una carrera internacional. ¿Cómo ha sido tu experiencia de hacer cine?
-Para mí ha sido un descubrimiento y una renovación trabajar en con directores y directoras jóvenes. Es muy gratificante y una cadena virtuosa que sucede de "Tony Manero" en adelante. Son los beneficios de haber trabajado con Pablo Larraín, quien es muy reconocido afuera. Lo que viene es entre suerte, buenaventura y mucho trabajo. Hay varias películas en la que actúo dando vueltas por ahí esperando mostrarse, como "El príncipe", "Blanco en blanco", "Algunas bestias", "Las consecuencias" y "Karnawal", que es una película argentina.