A diario se habla en los medios de comunicación del escándalo de la fundaciones donde se entregaron, por parte de algunas autoridades, cientos de millones de pesos con un destino no muy claro y hoy ya se habla derechamente de corrupción. Y, por otro lado, veo a mi amigo Patricio Veas Moreno con su fundación Valpocree, trabajando día a día para ayudar a los más desposeídos de la calle, para darles un lugar digno donde dormir, recogiendo maderas en desuso para armarles un taller de carpintería y comprando las herramientas con su propio dinero, tratando a diario de ayudar a esas personas a superar sus adicciones y mucho más, todo lo anterior por una gran motivación. ¿Desean saber cuál es el amor al prójimo, amor de verdad? Patricio Veas ama a su prójimo, por años se dedica a vestir, lavar, cortarles el pelo y alimentar a personas en situación de calle, los cuales para muchos están invisibilizados pero él los ama simplemente por ser seres humanos.

Si Patricio Veas, siendo un simple ciudadano y con recursos propios puede hacer tanto, imaginen todo lo que se podría hacer si el dinero público no se robara. Volviendo a la frase inicial... ¡la plata alcanza cuando nadie roba!

Giorgio Vera,

voluntario social y escritor

La seguridad se ha desvanecido en la distancia, dando paso a una inseguridad palpable, reflejo de una sociedad que ha abrazado el nihilismo, carente de unidad y sin un proyecto nacional trascendente. Los recientes sucesos, como el asalto a la familia del alcalde Alessandri y los múltiples asesinatos en lo que va del año, son pruebas indiscutibles de esta desoladora y triste realidad.

La delincuencia, que ya no distingue ni respeta nada a su paso, ha encontrado refugio y se fortalece cuando ya no nos reconocemos como parte de un destino común, floreciendo como la mala hierba en aquellos lugares donde el compromiso cívico y los valores han desaparecido, alimentada por la inacción y la indiferencia individualista. Le pregunto a usted, querido lector: ¿desde cuándo hemos permitido que el miedo y la inseguridad se convierta en nuestro pan de cada día?

Jorge Caradeux Estay,

politólogo

La crisis hídrica no da tregua en gran parte del planeta. Hoy estamos conociendo el dramático caso de la República Oriental del Uruguay. Según el propio Presidente y Gobierno, solo le quedan reservas de agua potable para 9 días en el área metropolitana. Si bien es cierto que están atravesando la peor sequía de los últimos 70 años, no deja de ser importante señalar la falta de previsibilidad y criterio ideológico que se utilizaron en el pasado. Además, el expresidente Mujica ha reconocido la responsabilidad compartida en este asunto. Las lecciones que podemos aprender de este caso son que el agua es un recurso vital para todos y que es necesario hacer todo lo posible, incluyendo alianzas público-privadas, para sobrevivir en tiempos de escasez de lluvias mediante el uso de tecnología e infraestructura adecuadas. En Uruguay se optó por el control estatal del agua a través de un plebiscito, excluyendo la inversión privada, lo cual resultó en que siempre se diera prioridad a otras necesidades hasta que fue demasiado tarde.

Pablo Aldunate Allegro

Fundación para el Progreso