Francisca Palma Schiller

Luego de dos años de pandemia, la normalidad vuelve poco a poco a sentirse en nuestro diario vivir. Con una crisis sanitaria controlada, un exitoso proceso de vacunación e incluso, un plan Paso a Paso cada vez menos restrictivo, las rutinas parecen retornar a lo que alguna vez fueron.

Pese a aquello, los casi 24 meses de encierro con el temor latente a salir de casa, le han pasado la cuenta a muchos. Sin embargo, retornar a la naturaleza, a los espacios abiertos podría ser la clave para dejar los traumas atrás y empezar a respirar con tranquilidad.

Así lo analizaron académicas de la Universidad de Playa Ancha (UPLA): si hay un efecto claro que nos dejó la pandemia, son las ganas de regresar y disfrutar de lo natural.

Para la académica y psicóloga Lilian Pérez este efecto ayuda a reencontrarnos con los otros, pero también con nosotros mismos.

"De todas maneras hay un impacto tras haber estado encerrados tanto tiempo en un espacio artificial, independiente de que sea nuestro hogar. Además, la forma de comunicarnos también fue artificial, a través de un teléfono o un computador, por ejemplo, y para el ser humano es vital conectarse con la naturaleza, por lo tanto, sí hay un impacto", explica en primera instancia la experta.

Reconectarnos

Bajo ese contexto, aquel impacto negativo comienza a disminuir y se inicia la reconexión, tal como menciona la académica.

"En la medida que eso vuelve, la gente busca estar alrededor de la naturaleza, el mar, el campo, desconectarse para reconectarnos con la vida misma, como son los espacios abiertos, la respiración de un oxígeno limpio, de pausas saludables, de comer más sano, de buscar un espacio de tranquilidad, de pausa mental. Además, el sacarnos las mascarillas permite ser más natural, estar en contacto con el otro, con lo propio del ser vivo, regular ritmos", reflexiona Lilian Pérez.

Turismo

Y es que esta tendencia no solo nos lleva a lo íntimo, sino también podría dar un impulso adicional a la industria del turismo, sobre todo, al ecoturismo y aquel que se desarrolla de forma local. Así lo planteó Marisol Castro, directora de la carrera de Administración Turística Multilingüe de la UPLA.

"El sector es resiliente y tiene la capacidad de adecuarse a las exigencias del entorno. Por tanto, se prevé un desplazamiento hacia el ecoturismo o turismo de naturaleza y al turismo rural -un sector en rápido crecimiento que se centra en la conservación del medio ambiente, la cultura y la creación de empleo local- lo que podría dar un impulso adicional a la industria. La estrategia es que el país intente desplazarse hacia mercados especializados, incluidos los viajes de aventura y de salud y bienestar", afirmó.

Por otro lado, mencionó algunas acciones fundamentales para recuperar y atraer al turista.

"Es necesario tener un plan para una recuperación, involucrando al sector público, el sector privado, la sociedad civil y otros asociados, y prepararse para cambiar los modelos comerciales y las estructuras de gestión para satisfacer una demanda nueva y diferente", dijo la académica.