Belén Soto, influencer: "La educación sexual integral parte desde la casa"
La también joven actriz y escritora -con quien cerramos esta séptima temporada de Región F- asegura que las nuevas tecnologías son importantes a la hora de democratizar el conocimiento, pero también "son un arma de doble filo. Existe una gran rivalidad en las redes sociales, especialmente entre nosotras mismas".
A los diez años, Belén Soto era ya conocida por todo Chile, cuando protagonizó la teleserie "Papi Ricky", por la que incluso ganó el Copihue de Oro a mejor actriz. Pero cinco años más tarde, poco quedaba de esa niña y de esa felicidad que traspasaba la pantalla. En plena adolescencia vivió una de las etapas más complejas de su vida, tras adentrarse en una relación tóxica con un hombre que le doblaba en edad.
Cuando logró salir de allí, decidió plasmar esa dura experiencia en su primer libro, "No te lo mereces", el que ya va en su segunda edición y se ha convertido en éxito de ventas. Su testimonio le ayudó a sanar, pero por sobre todo, le permitió intentar ayudar a otras adolescentes y mujeres, hablando sin tapujos de relaciones tóxicas y abusivas, vínculos saludables, feminismo, trastornos alimenticios, entre otras temáticas que además trata en su Instagram, ante más de un millón de seguidores.
Aquello no fue todo. En 2020 publicó otro escrito, "Mujer power", y ganó el premio Influencer Latino de E! People Choice Awards. Hoy, nos acompaña para cerrar esta séptima temporada de Región F y cuenta detalles de su lucha desde la experiencia por evitar que otras chicas vivan lo que ella sufrió.
En esa línea, para la actriz la "educación sexual integral" es esencial a la hora de evitar relaciones tóxicas y abusivas. Pero aquello también comienza por casa: "Es fundamental poder conversarlo. Yo también le echaba la culpa a las escuelas, a los colegios, a las universidades [...] No es fácil hablarlo, pero te das cuenta que ahí es donde parte", asegura.
De hecho, recuerda su época escolar, en la que "se le daba mucha más prioridad a la sexualidad masculina", pues recién en segundo medio se hablaba de "la erección del hombre, pero no del clítoris o del orgasmo femenino".
En ese sentido, afirma que su generación buscaba respuestas en lugares inadecuados: "Estábamos aprendiendo del porno que, primero, es ficción. Y, además, sexualiza a la mujer como una sumisa del hombre y uno crece con ese pensamiento. Ese fue una de mis grandes errores en relaciones anteriores", admite.
Pero no es el único problema que trae este tipo de "aprendizaje" y la exposición a internet, aclara la escritora. También influyen en la percepción de los cuerpos propios y ajenos, pues asegura que los internautas son "los primeros que te hacen ver que estás gorda o que estás flaca".
"Yo nunca tuve un cuerpo completamente esbelto", confiesa y reconoce que el trabajo como actriz también perpetúa estándares de belleza que no siempre pueden ser alcanzados de forma saludable: "Cuando me encontraba haciendo teleseries siempre tuve un juicio -que hacían los productores- por mi peso. Te hacían buscar algún tipo de solución", acusa. "Ahí es donde entras a las dietas abusivas, trastornos alimenticios, todo lo que te imagines", grafica.
"Mujeres power"
Belén Soto advierte que las mujeres a veces somos también enemigas de nosotras mismas a partir de la extrema competencia femenina.
"Antes era siempre así… Quién tenía el cuerpo más lindo, la mejor casa, quién cocinaba mejor. Ahora siento que es muy distinta la labor que está ejecutando la mujer", afirma y explica que "apoyo los movimientos body positive, el empoderamiento femenino, pero estoy en contra de la guerra entre mujeres. Hay que cambiar esa envidia por admiración por tu compañera".
Y aquello también vale para el propio movimiento: "Para mí, ser feminista, no es solamente que las mujeres podemos ir a la marcha, que solamente las mujeres estamos peleando por nuestros derechos y por la igualdad. Al contrario. La educación es para ambos géneros. Tú, como hombre, deberías querer que tu hermana, mamá o polola puedan tener hoy los mismos derechos", aclara.
En ese sentido, asegura que las redes sociales cumplen un rol fundamental en empoderar al género, pero advierte que, a la vez, "son un arma de doble filo. Sobre todo para el ambiente feminista. Existe una gran rivalidad en las redes sociales, especialmente entre nosotras mismas", critica. Pero, asimismo, cree firmemente que en las nuevas generaciones "existe mucha sororidad, donde sabemos que, si tu compañera corre peligro, tú corres por ella".
La escritora e influencer está trabajando hace ya tiempo en tener su propia fundación con el fin de poder abordar estas temáticas y seguir ayudando a más chicas. Pero asegura que en Chile aquello es "es súper difícil". Y por eso celebra tanto el haber llegado a acuerdo en distintos países para internacionalizar su segundo libro, Mujer Power.
A eso agrega ahora un nuevo desafío: "Me encuentro grabando un documental internacional sobre las mujeres power, las que están haciendo grandes cambios y estoy segura que la lista es tremenda", concluye.
"Estoy en contra de la guerra entre mujeres. Hay que cambiar esa envidia por admiración por tu compañera".